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Catedrático de Didáctica de la Lengua y la Literatura y Director del CEPLI. Universidad de Castilla La Mancha.
Reseña
Pedro
César Cerillo, comienza destacando la existencia de dos tipos de sociedad que
identifica como diferentes, la sociedad de la información y la sociedad del
conocimiento. Expone que en nuestra sociedad la lectura, no es un ejercicio
normalizado, ya que no se considera una necesidad inmediata y por ello ocupa un
reducido puesto en el tiempo libre de los españoles. Además, un estudio
publicado en 2004 (datos del año 2002) muestra que, en el orden de preferencia
de actividades en el tiempo de ocio, la lectura queda en el penúltimo lugar. No
obstante, España es el quinto país del mundo en producción editorial. Por
tanto, España cuenta con una gran potencia editorial, pero no lectora.
Por otro lado, en el artículo se expone que aunque nunca se ha leído
tanto como ahora, ni tampoco han existido tantos libros, leer no está de moda.
Es una actividad poco valorada, sobre todo por los medios de comunicación. Por ello, muchos adolescentes lectores sienten vergüenza ante su grupo de
amigos a la hora de reconocerse como tal.
Gil
Calvo, comenta que la lectura está sufriendo cambios importantes y habla de una
desnaturalización lectora. Explica que
en general se lee como práctica instrumental, es decir, como fuente de
información y no como fuente de conocimiento. Y esto, es peligroso.
Cerillo
también expone que, hay muchos tipos de lectura, aunque la mayoría
instrumentales, pero destaca que la verdadera lectura es la voluntaria. Las
lecturas obligatorias (LIJ) son las lecturas escolares, y hay que aceptarlas y
realizarlas. Pero hay que demostrarles que esas lecturas serán
importantes para ellos.
Ahora bien, se destaca la necesidad de saber que nos podemos encontrar con dos problemas: la necesaria convivencia de la lectura obligatoria y la lectura voluntaria, por un lado, algo que no siempre es posible lograr en el ámbito escolar. Y, por otro lado, la selección de esas lecturas obligatorias, de forma que se pueda producir una relación de empatía entre el lector y el libro obligado.
Ahora bien, se destaca la necesidad de saber que nos podemos encontrar con dos problemas: la necesaria convivencia de la lectura obligatoria y la lectura voluntaria, por un lado, algo que no siempre es posible lograr en el ámbito escolar. Y, por otro lado, la selección de esas lecturas obligatorias, de forma que se pueda producir una relación de empatía entre el lector y el libro obligado.
Con respecto al objetivo de
la animación a la lectura, se comenta que debiera ser la mejora de
los hábitos lectores de los individuos a quienes se dirige la animación, hasta
lograr crear en ellos hábitos lectores estables. Y, parece que hoy se
entiende como animación a la lectura, el conjunto de actividades,
técnicas y estrategias que persiguen la práctica de la lectura. No obstante, la
meta debería centrarse en formar lectores activos, capaces de comprender
mensajes diferentes y de relacionar una historia en su contexto.
En el documento, se
afirma que los ámbitos de la animación son de dos tipos: formales (la escuela y
la biblioteca) y no formales (la familia, los medios de comunicación, los
clubes de lectura, las tertulias literarias o las librerías, entre otros
posibles).
También, se dice que hay
estrategias y técnicas que necesitan la lectura previa de un libro y hay otras
que no necesitan esa lectura previa. En cualquiera de los casos, la Animación
a la Lectura requiere unas condiciones previas. Además, en cualquier estrategia o técnica
programada el animador debe tener en cuenta: los destinatarios, el libro, el carácter
grupal o colectivo, las actividades a realizar, la existencia
de un espacio para la lectura individual y silenciosa, la periodicidad, los
materiales y el componente no utilitario de la
estrategia.
Finalmente, se exponen los
elementos negativos más peligrosos en una animación. Estos son la
obligatoriedad de la animación y que esta se identifique como un trabajo de clase
más.
Valoración personal (opinión)
En mi opinión, la lectura
debería ser considerada a día de hoy, un bien al que deberían tener acceso
todas las personas.
También considero que es imprescindible
fomentar el hábito lector desde edades tempranas, pero siempre mostrando dicho
hábito desde el propio entorno del niño, de modo que para éste la lectura se convierta
en algo natural empleado en su ámbito familiar. Ahora bien, también considero
muy importante que en el lector nuevo, las historias que escucha en su
inicio como tal, sean interesantes, divertidas, es decir, que despierten su motivación. Y sobre todo, y lo más relevante es que no se sienta obligado a realizar las lecturas, no hay que imponérselas. Tampoco debemos cortar su capacidad
para creer en cosas fantásticas, para imaginar mundos maravillosos o para
sentirse cerca de los personajes.
Como bien comentamos en clase, hay muchas razones por las que se debe leer, algunas de ellas son:
- Integrarse en la sociedad.
- Favorecer la autonomía.
- Conseguir información.
- Entretenerse/ Evadirse.
- Aprender (ampliar conocimiento).
- Empatizar.
- Desarrollar un espíritu crítico.
- Despertar emociones.
- Comprender...
Todas estas razones, son
las que en primera instancia la familia debería tomar conciencia para
intentar transmitírselas a sus hijos despertando la curiosidad de
éstos, hasta llegar a convertirlos en lectores habituales por placer. Y desde
la escuela, proporcionarles lecturas divertidas, funcionales, teniendo en
cuenta los intereses de los alumnos, y mostrando la biblioteca como un lugar
donde evadirse por unos instantes de la realidad y disfrutar de nuevas
historias y aventuras.
Fuente |
Cristina Galán Cabrera.
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