¡Hola Blogger@s!
Aquí os dejo uno de los libros que leí en la E.S.O. Os lo he propuesto porque a mí me encantó, espero que lo disfrutéis o que, al menos, os intereséis por él.
Autor: César
Mallorquí
Ilustrador: Paco
Giménez
Título: Las
Lágrimas de Shiva
Título original: Les
llàgrimes de Shiva
Datos editoriales: Barcelona,
ed. Edebé, 2005, 240 páginas.
Fuente |
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César
Mallorquí (1953) nació en Barcelona. Su afición por la literatura ya fue
apareciendo desde la infancia y muy pronto publicó su primer relato en una
revista. Posteriormente estudió periodismo en la Universidad Complutense de
Madrid y trabajó en La Codorniz y en la cadena SER. Por sus obras ha obtenido
diversos galardones. Entre otras: La pared de hielo (Premio Alberto Magno
1992), El coleccionista de sellos (Premio UPC 1995), La casa del Doctor Pétalo
(Premio Gigamesh 1996), El último trabajo del Señor Luna (Premio EDEBÉ 1996),
La catedral (Premio Gran Angular 2001), La cruz de El Dorado (Premio EDEBÉ
1999), Las Lágrimas de Shiva (Premio EDEBÉ 2002), etc.
El
libro transcurre en el verano de 1969, comienza con la enfermedad contagiosa
del padre de Javier. Para evitar el contagio, Javier tiene que marcharse a
Santander con sus tíos. Allí convive con sus cuatro primas, pero empieza a
mantener más relación con Violeta. Ésta cuenta a Javier una vieja historia
sobre las lágrimas de Shiva, un collar que recibió un antepasado suyo con
motivo de su boda. Lo curioso empieza cuando ambos comienzan a notar la
presencia de este antepasado, Beatriz Obregón, la cual no descansa en paz, por
haber sido acusada de forma injusta de robar ese collar. A lo largo de la
historia, los primos se unen para descubrir la verdad y permitir que Beatriz
descanse en paz.
Aquí
os dejo un pequeño fragmento del final del libro:
AZUCENA
Y
Violeta… Violeta se aproximó a mí, me miró largamente y, de pronto, me besó en
la boca, delante de sus padres. Me quedé helado. Por el rabillo del ojo vi que
tía Adela ponía cara de sorpresa (y horror) y se disponía a reprendernos, pero
también vi que tío Luis sonreía bonachón y le indicaba con un gesto a su mujer
que nos dejara en paz, así que me relajé y le devolví a mi prima el beso.
Entonces
sonó el silbato de la locomotora, anunciando la proximidad de la partida, y
Violeta y yo nos separamos, despacio, como a regañadientes. Ella sonrió y dijo
en voz bajita:
–Te
quiero, primo.
Le
devolví la sonrisa.
–Y
yo a ti, prima –respondí.
Luego,
el silbato volvió a sonar y subí al vagón a toda prisa. Dejé la maleta en mi compartimento
y me asomé a la ventanilla justo cuando el tren se ponía en marcha. Alcé una
mano y la agité, diciéndoles adiós a mis tíos y a mis primas.
Y
entonces, conforme el tren se alejaba, percibí un perfume familiar, un delicado
aroma a nardos, y supe que, aparte de aquéllos a quienes podía ver en el andén,
había alguien más despidiéndose de mí en la estación.
Os
dejo algunos recursos del libro que he encontrado y que os pueden servir:
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