lunes, 14 de octubre de 2013

Miriam Alfonso Pagán. Grupo de lectura matutino de los viernes.

¡¡Hola lectores!!


Sé que no es viernes, pero quería presentaros un libro que contiene dos relatos muy interesantes de William Irish, uno de los maestros de la novela del suspense.


El primero “Aprendiz de detective”, trata la historia de un niño de 12 años que emprende la búsqueda de una amiga que ha sido raptada en plena noche. 

El segundo “Un robo muy costoso”, relata el robo de unas joyas muy valiosas y antiguas que traerán terribles consecuencias a sus protagonistas.


Autor: William Irish
Ilustrador: RubénPellejero
Título: Aprendiz de detective / Un robo muy costoso
Datos editoriales: Vicens Vives. Cucaña. Barcelona, 2003. 127 páginas.



Cornell Woolrich, más conocido por su pseudónimo William Irish nació en Nueva York en 1903 y murió en 1968. Fue un escritor estadounidense de novelas policiacas y de misterio. Publicó más de una veintena de novelas y cuentos, entre ellos: Borrowed Crime, Dean Man Blues, Night Has a Thousand Eyes, Night Ward, Violence, Deadline at Dawn, I Wouldn´t Be in Your Shoes, Phantom Lady y The Bride Wore Black. Uno de sus mejores cuentos es Si muriera antes de despertar (también llamado Aprendiz de detective).



Rubén Pellejero (Badalona, Barcelona, 1952) es uno de los autores españoles más interesantes, reconocibles y admirados del mundo del cómic. En 2010 recibió el Gran Premio del Salón del Cómic de Barcelona, en reconomiento a toda su trayectoria, recibiendo también una exposición en la edición de 2011.



Os dejo aquí un pequeño fragmento:

Aprendiz de detective

El pensar en Jeanie me dio miedo, a pesar de estar en mi propia casa. Trataba de imaginarme qué le podría hacer a Jeanie un hombre como ése; algo terrible, con toda seguridad; si no, no hubieran llamado a mi padre después de terminar su tarea diaria.

Me levanté y, con las manos en los bolsillos, fui a mirar por la ventana. ¡Qué oscuro estaba todo! La calle, solitaria, apenas iluminada por un farol en la esquina. Otra vez pensé en Jeanie, sin tener a nadie junto a ella para que la ayudara. Sin darme cuenta de lo que hacía, me saqué una serie de objetos de los bolsillos: bolitas, clavos, fósforos... y un trozo de tiza...

Me quedé mirando un momento la tiza y recordando cómo Jeanie siempre... Levanté la hoja de la ventana y, pasando una pierna por el alféizar, me apoyé en la cañería. Vivíamos en el segundo piso de una casa de apartamentos. Tal vez a una persona mayor le hubiera resultado muy difícil bajar, pero yo, con mi poco peso y la ayuda de una enredadera, me deslicé sin la menor dificultad.

Una vez en la calle, salí corriendo por temor a que llegara mi madre; no temía, en cambio, encontrarme con mi padre, ya que cuando lo llamaban por la noche, pasaban días antes de que volviera a aparecer por casa.


Una vez que me alejé del camino que seguía Jeanie, abandoné todo cuidado por encontrarme con algún conocido […]



La intriga y el suspense de estas historias atrapan al lector desde las primeras páginas. ¡No podéis perdéroslo!


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